Lo leí por primera vez cuando era adolescente. Me lo prestaron, no recuerdo quién exactamente, pero sí recuerdo que me lo devoré. No era de esos libros largos y densos que te dan flojera con solo mirarlos. Este era chiquitito, una fábula, casi un cuento infantil. Pero ¡qué cuento! Me voló la cabeza.
No me refiero a los que están de moda, ni a los que "adelgazan", ni a los que alguien te dijo que deberías usar.
Me refiero a esos colores que te iluminan la cara, te suavizan las ojeras y te hacen sentir tú.
En esta guía te voy a mostrar cómo descubrir tu armonía de color desde casa....